miércoles, 23 de marzo de 2011

Adiós a la reina de los quilates

  Parece difícil de creer todavía... Ojalá no se la recuerde únicamente por sus múltiples escándalos matrimoniales o su pasión por las joyas más extravagantes, sino por haber sido considerada uno de los mayores mitos del séptimo arte.

  Excéntrica, a veces algo trastornada, apasionada, luchadora y de físico espectacular. Sería muchas cosas y probablemente podrían decirse muchas más, pero lo más evidente es que deja un trono vacío con expectativas pesimistas: sabemos que Elisabeth fue y será irremplazable.

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